Conocida como la Ciudad de las Tres Culturas, hoy es la esencia del legado cultural del pueblo yucateco. En este sitio existen templos mayas y casas coloniales que te transportarán a los siglos XVI, XVII y XVIII. Su gente muestra con orgullo el sincretismo cultural del pueblo maya y se identifica la ciudad con el color amarillo. El atrio es la principal atracción de Izamal y es el segundo más grande del mundo después del Vaticano, recinto que fue visitado por Juan Pablo II en 1993 y desde entonces Izamal viste de amarillo lleno de fervor.
Actualmente, toda pintada de amarillo y blanco por voluntad de autoridades y vecinos, mantiene una imagen de elegancia y encanto de épocas pasadas que la singularizan y definen con aire señorial en el contexto regional.
En sus pulcras calles estampadas, calesas tiradas por caballos llevan al visitante por un recorrido de encanto por sus plazas y parques y sus históricos suburbios. De noche, la ciudad ofrece una experiencia singular, al contemplar una estrellada bóveda celeste recortada por los perfiles de sus pirámides, templos y casonas coloniales; sombras que parecen despertar de un sueño de centurias.
Frijol con puerco, Chaya con huevo, Puchero de gallina, Queso relleno, Salbutes, Panuchos, Pipián de venado, Papadzules, Longaniza, Cochinita pibil, Joroches, Mucbil pollos, Pimes, Tamales.
Limón italiano, existe una destilería que procesa el extracto del agave (henequén), produciendo un licor del henequén, agua de vida, parecida al tequila o al mezcal, y que se vende con el nombre comercial de Izamal.
También son excelentes artesanos que trabajan hamacas, semillas secas con las que fabrican collares y pulseras e instrumentos de frutos que secan para convertirlos en obras.